“¿Por qué mi mamá?”: el grito de una niña tras un feminicidio en Cancún

Cancún, Quintana Roo, 2 de julio de 2025.– La violencia feminicida volvió a teñir de luto a Cancún este miércoles, cuando una mujer fue asesinada presuntamente por su pareja en el interior de su domicilio, ubicado en la colonia El Milagro. El feminicidio no solo cobró una vida, sino que dejó a una niña de 12 años huérfana y marcada por una escena que difícilmente podrá borrar de su memoria.

La menor, aún con su uniforme escolar, regresaba del colegio cuando se encontró con la vivienda acordonada por las autoridades. Al comprender lo ocurrido, rompió en llanto. Su grito, “¿Por qué mi mamá?”, quedó grabado en la memoria de vecinos y elementos de emergencia que presenciaron el desgarrador momento.

De acuerdo con reportes preliminares, vecinos alertaron al 911 tras escuchar gritos y golpes provenientes del domicilio. Cuando elementos de la Policía Municipal llegaron al lugar, encontraron a la mujer con múltiples heridas de arma blanca, y junto a ella, al presunto agresor, quien se habría quitado la vida tras perpetrar el crimen.

Paramédicos confirmaron que ambos ya no presentaban signos vitales. La Fiscalía General del Estado de Quintana Roo ha abierto una carpeta de investigación por feminicidio y realiza las diligencias correspondientes, mientras personal del DIF brinda atención psicológica a la menor.

Este crimen no es un hecho aislado. Se inscribe en un contexto nacional alarmante en el que, en promedio, más de 10 mujeres son asesinadas al día en México por razones de género. En Quintana Roo, los casos de violencia familiar, desapariciones y feminicidios han ido en aumento, reflejando una crisis de derechos humanos que afecta a mujeres y niñas de todas las edades.

Más allá de la cifra, lo ocurrido en El Milagro es una tragedia humana. Es el reflejo de un sistema que sigue fallando a las víctimas, que no logra prevenir, que no protege, que reacciona tarde. Una niña ha perdido a su madre, y con ella, la inocencia.

Porque ninguna niña debería volver a preguntar, entre lágrimas y desesperación: “¿Por qué mi mamá?”

El feminicidio no solo es el fin de una vida: es la consecuencia de una violencia sostenida, muchas veces invisible, que se normaliza en los hogares, en la sociedad y en las instituciones.

Hoy, el grito de una niña nos confronta con la urgencia de actuar, no solo con leyes, sino con voluntad real, presupuesto, educación y justicia con perspectiva de género.