Entre celos y chelas: la Secretaría de Seguridad, en modo vecindad
- Grupo Interactivo TV
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Cancún, Quintana Roo, 20 de mayo de 2025.- Lo que parecía una tarde cualquiera en la Secretaría Municipal de Seguridad Ciudadana y Tránsito de Benito Juárez terminó como escena de telenovela de horario estelar. A las 17:25 horas del lunes, durante el pase de lista del agrupamiento FRIM —sí, ese donde debería imperar el orden—, dos oficiales se fueron a los golpes en plena armería.

Las protagonistas del escándalo: Rosa Hernández y Rubí Ken, quienes al parecer dejaron salir más que coraje. Testigos aseguran que el origen del pleito estaría ligado a celos, alcohol y la atención de algún “Mando”, porque el crimen organizado no estuvo involucrado… al menos no el que actúa sin uniforme.
Una supervisora que jamás imaginó fungir de árbitro tuvo que intervenir para evitar que el chongo pasara a mayores. Tras la trifulca, ambas oficiales fueron enviadas a revisión médica. ¿El resultado? Rosa, con algunos moretones y cero grados de alcohol. Rubí, en cambio, marcó 0.135 en el alcoholímetro, lo que sugiere que su turno tal vez arrancó con algo más que café.

Una supervisora que jamás imaginó fungir de árbitro tuvo que intervenir para evitar que el chongo pasara a mayores. Tras la trifulca, ambas oficiales fueron enviadas a revisión médica. ¿El resultado? Rosa, con algunos moretones y cero grados de alcohol. Rubí, en cambio, marcó 0.135 en el alcoholímetro, lo que sugiere que su turno tal vez arrancó con algo más que café.
Pero el chisme va más allá del zafarrancho. Fuentes internas aseguran que no es la primera vez que elementos llegan “entonados” a trabajar. La camaradería con los mandos les permite ciertas “libertades”, entre ellas, presentarse con la copa alegre… total, mientras se cumpla la famosísima cuota diaria.

Y si a eso le sumamos los rumores de intercambios de favores sexuales por días económicos o puestos cómodos, el cóctel institucional está servido. Mientras tanto, la ciudadanía enfrenta extorsiones, abusos y violencia, y la policía municipal protagoniza episodios dignos de “La Rosa de Guadalupe”.

Hasta el momento, no hay boletín oficial sobre el incidente. Solo silencio institucional. La ciudadanía, en cambio, ya tomó nota: en lugar de una corporación seria, tenemos un escenario de tragicomedia con uniforme.