Miércoles 01 de Julio del 2020
El CMDA y el Centro para la Diversidad Biológica indicaron los ejemplares murieron en el Golfo de Ulloa, donde se les creó un refugió desde hace dos años.
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental y el Centro para la Diversidad Biológica denunciaron la muerte de al menos 2 mil 350 tortugas caguama (Caretta caretta) en el Golfo de Ulloa, en Baja California Sur, entre 2017 y 2019, a pesar de que hace dos años la Secretaría de Medio Ambiente creó en la zona el área de refugio para la especie en peligro de extinción.
Asimismo, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) estableció un refugio pesquero hace cuatro años, por lo que el país podría sufrir un embargo pesquero.
“Fue la misma Conapesca que se comprometió con el gobierno de los Estados Unidos a hacer cumplir el refugio pesquero para proteger a las tortugas. Ahora parece que no se cumple con este compromiso, si esta situación no se soluciona el gobierno de México de nuevo podría verse en una situación de embargo pesquero”, dijo Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica.
Las organizaciones explicaron que de acuerdo con datos oficiales de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), desde 2017 a 2019 han muerto 789 ejemplares de tortuga caguama, aunque la Conapesca estableció un límite de 90 tortugas al año, para que en caso de rebasar esa cuota, se suspenda la pesca comercial.
“Sin embargo, esto no sucede, a pesar de que la cuota ha sido rebasada durante todo este tiempo con un registro de 99 tortugas muertas en 2017, 459 en 2018, y 331 en 2019. El alto índice de mortandad de la especie hace ver que regulaciones actuales para protegerla no están funcionando”, subrayaron en un comunicado.
Las organizaciones indicaron que estudios científicos calculan que por cada tortuga varada encontrada muerta en la playa hay otras tres que son llevadas por las corrientes, por lo que se estima que en los últimos años han muerto al menos 2 mil 350 tortugas caguama, "una cifra que no se registra en ninguna otra parte del mundo”. Aunque la Profepa únicamente contabiliza los ejemplares que se encuentran varados en playa San Lázaro, pero hay otros tantos que son llevados por las corrientes, y por lo tanto, no se registran.
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